En la actualidad los datos y la información son moneda de cambio permanente. Utilizamos buscadores para ver el camino más rápido para llegar a destino, ponemos direcciones, compartimos información de tránsito con otros conductores en tiempo real, utilizamos mensajería instantánea, espacio en la nube, mails sin costo y decenas de servicios sin cargo que consumimos a diario.  Pero estos servicios no son realmente gratuitos. A todos nos gusta utilizarlos pero algo damos a cambio de todo esto: Big Data.

“Big Data” hace referencia a los datos grandes, rápidos o complejos,  difícil o imposibles de procesar con los métodos tradicionales. El concepto de Big Data cobró impulso a principios del 2000 cuando el analista de la industria, Doug Laney, articuló la definición actual de grandes datos,  como las tres V: volumen, velocidad y variedad.

Volúmen: hoy las organizaciones pueden recopilar millones de datos de diversas fuentes, como transacciones comerciales, dispositivos inteligentes y videos, entre otras;  ya que las plataformas actuales permiten almacenar estos volúmenes de datos a costos razonables.

Velocidad: Con el crecimiento del Internet de las Cosas, los datos llegan a las empresas a una velocidad sin precedentes y deben ser manejados de manera oportuna. Los sensores y medidores inteligentes están impulsando la necesidad de manejar estos torrentes de datos en tiempo casi real.

Variedad : Actualmente los datos se presentan en todo tipo de formatos: numéricos estructurados, bases de datos tradicionales,  documentos de texto, correos electrónicos, videos, audios y transacciones financieras, entre otros.

Luego se agregaron 2 V más: Valor y Veracidad. Los datos poseen un valor intrínseco. Sin embargo, no tienen ninguna utilidad hasta que dicho valor se descubre. Resulta igualmente importante conocer cuál es la veracidad de estos datos y cuánto se puede confiar en ellos.

En relación con el turismo, el Big Data, permite poner en relevancia determinados datos y convertirlos en información útil para las empresas del sector, por ejemplo obtener información en tiempo real sobre los pasajeros, sus movimientos y sus preferencias de viaje de modo de obtener una radiografía real de su comportamiento.

Entre las informaciones que podemos obtener a través de esta tecnología  encontramos:

  • Visitas: cuántos visitantes se reciben y de dónde proceden.
  • Estancia: tiempo medio por nacionalidades.
  • Desplazamientos entre diferentes ciudades.
  • Lugares preferidos para pernoctar.
  • Niveles de gasto de viaje.

Las empresas pueden contrastar sus datos internos con los resultados obtenidos a través de la aplicación del Big Data, lo que permite determinar si las ofertas se están ajustando a la demanda de los turistas y, de no ser así, tener la información necesaria para redefinirlas. De esta forma, surge la oportunidad de innovar, generar nuevas líneas de negocio y personalizar la experiencia de los turistas.